“–Recuerdo que mi nacimiento fue como un milagro y tuvo algo de mágico y misterioso, y que me traicionó un amigo, y que mi vida giraba alrededor de un madero.

–Ya sé quien eres –concluye San Pedro– ¡Eres Pinocho!”

Rafael Barajas el Fisgón

 

Existen múltiples casos en la literatura universal donde se han presentado personajes femeninos que anhelan ser madres como Yerma, de F. García Lorca, por citar solo un ejemplo.  Sin embargo, se encuentran muy pocos personajes masculinos con el mismo deseo de ser padres: Gepetto, el padre de Pinocho parece ser el caso más emblemático.  Por eso, el tema de 220 voltios, la obra de Victor Winer que se presenta en el Portón de Sanchez  ofrece interesantes relaciones transtextuales  al desarrollarse alrededor del deseo ferviente de un hombre de 70 años de tener un hijo.

 Este deseo de ser padre tal vez se manifiesta en forma más potente en los hombres maduros y solos, como sucede con Gepetto y también con Estevez, el electricista especializado en iglesias e imágenes religiosas que compone eficazmente el actor Jorge Ochoa: un personaje entrañable que ha dedicado su vida al trabajo y que ahora siente la necesidad de legar su conocimiento y su pasión por los cables a un heredero.  

Igual que Gepetto, Estevez trata de ser un padre cariñoso y persistente en la educación de su hijo que en este caso es un joven de carne y hueso, Antonio, rebelde, escéptico y torpe en un principio, pero cuyo crecimiento a lo largo de la obra es reflejado de manera acertada por Gastón Cochiarale.  Ambos actores, guiados por la dirección experta de Daniel Marcove generan un bello contrapunto donde es importante destacar  la presencia mediadora de Chuchi (Patricia Rozas) para que la “trinidad” propuesta por Winer consiga llegar al corazón de los espectadores. 

           

Otra presencia insoslayable en esta puesta es el diseño de luces de Miguel Morales.  La luz en los artefactos creados para la escenografía como en los objetos con los que interactúan los actores es un personaje más que - sin dudas - genera una atmósfera intensamente espiritual pero que también remite al “alumbramiento”, el nacimiento de un hijo ansiado. En Pinocho, el hada arroja un “rayo de luz” sobre el muñeco para que éste cobre vida, en 220 voltios, la paciencia y el amor del maestro experimentado, devenido padre son los que logran vencer las resistencias del joven apático e iluminar su futuro.     

Ficha técnica: 

Autor Victor Winer  Con Gastón Cocchiarale, Jorge Ochoa, Patricia Rozas

Diseño de vestuario: Sabrina López Hovhannessian. Diseño de escenografía:Sabrina López Hovhannessian.  Diseño de luces:Miguel Morales. Realización de escenografia: Flux Artes. Música original: Sergio Vainikoff. Fotografía: Gianni Mestichelli 

Dirección: Daniel Marcove.  En El Portón de Sanchez. Sánchez de Bustamante 1034 

Capital Federal - Buenos Aires – Argentina. Teléfono: 4863-2848  

Entrada: $ 180,00 - Viernes y Sábado - 20:30 hs 

 

Por Olivia Avila – Marzo 2016