Estos personajes que están ahí no se mueven pues han perdido la costumbre del gesto inútil”.

 Maurice Maeterlinck (Los Ciegos). 

 

Resulta un ejercicio apasionante -tanto para el crítico como para los espectadores- la visualización  de obras que aparecen de tanto en tanto en la cartelera teatral de Buenos Aires y que cumplen la función de homenaje o revival.   

Piezas como estas actualizan -trayendo a la contemporaneidad- a autores como Maurice Maeterlinck (1862-1949), un simbolista de nacionalidad belga, a quien se identifica con el denominado “teatro estático”, del cual existen pocas obras conocidas a nivel mundial siendo Los Ciegos una de las más significativas.  El teatro estático pone de manifiesto la posición filosófica del pesimismo en relación con la existencia, la verdad del Sileno acerca de que lo mejor para un hombre es no nacer, y que si nace, debe morir lo más pronto posible.

En esta oportunidad, el actor y director Nayi Awada, junto a Tomás Bradley, socios propietarios del original Teatro-bar Hasta Trilce, co-dirigen Los Ciegos en una puesta que se destaca por el acertado juego estético que se genera a partir del cruce de lenguajes.  Esta operación, a veces riesgosa, en este caso resulta tener éxito gracias al impecable manejo lumínico, coreográfico (propuesto por Ignacio Gonzalez Cano), y a la dirección actoral que se traduce en las composiciones cuasi-escultóricas que logran los personajes al desplazarse por el espacio escénico, de tanto en tanto,  ubicándose en conjuntos que dan vida a escenas evocadoras de una doliente iconografía cristiana: súplica y padecimiento por nombrar alguna. 

La escenografía diseñada por Marcelo Valiente  rodea la escena enmarcando con un rojo sangre la quietud de los personajes que se ubican privilegiando el centro, sobre rocas enormes que les sirven de asiento y apoyo.  Quebrando la monotonía rojiza se ubica de un extremo a otro del escenario, en semicírculo, una serie de columnas a modo de árboles.  

Es entonces donde la iluminación a cargo de Sergio Iriarte se vuelve en extremo funcional a la expresividad de la puesta, pues mantiene en una semipenumbra a los monjes y las sacerdotisas cuyas plegarias, quejas, preguntas sin respuesta, desesperación y angustia no cesan en ningún momento.  Excelente el vestuario ideado por Marcelo Valiente que logra hacer resaltar a los personajes harapientos y descoloridos sobre el fondo rojizo como si se tratara de pinturas renacentistas.   

El ensemble (6 monjes y 6 sacerdotisas) acierta en la representación de un texto complejo y a veces con dificultades para la audición dado que la multiplicidad de voces se superponen por momentos, y los parlamentos resultan apenas perceptibles.  

En suma, la primera producción de Hasta Trilce ofrece una puesta muy lograda para una obra canónica del simbolismo, que apela a las emociones y a la imaginación de los espectadores interpelándolos desde la inquietante presencia de ese intruso que ronda a todos quienes han perdido a su guía y aguardan en medio de un bosque de incertidumbre y descreimiento. Únicamente el poeta del grupo, que conserva algo de visión, logra entender que en un niño recién nacido se halla la esperanza de un futuro que aún no puede darse a conocer.

 

Ficha técnico artística

Autor: Maurice Maeterlinck. Con: Romina Almirón, Juan Manuel Casavelos, José Luis De Giano, Macarena Del Corro, Norma Kania Glozman, Julieta Koop, Nancy Micheloni, Luciano Moreno, Horacio Vay, Miguel Angel Vigna, Carlos Vilaseca, Agustina Yacachury,  Diseño de vestuario: Marcelo Valiente. Diseño de escenografía: Marcelo Valiente. Diseño de luces:Sergio Iriarte. Música original: Sebastián Bradley. Sonido:Maximiliano Martinez. Asesoramiento coreográfico: Ignacio Gonzalez Cano. Asistencia de dirección:Andrea Bouhier. Producción ejecutiva:Andrea Bouhier. Puesta en escena:Nayi Awada, Tomás Bradley. Dirección:Nayi Awada, Tomás Bradley. TEATRO HASTA TRILCE Maza 177 Capital Federal - Buenos Aires – Argentina. Teléfono: 4862-1758. Web: http://www.hastatrilce.com.ar Entrada: $ 150,00 - Viernes - 21:00 hs - Hasta el 24/06/2016. 

 

Por Olivia Avila - Mayo de 2016