Dice la frase “Años, amantes y vasos de vino no deben contarse”, pero bueno.  El Frasco es una historia de odios y venganzas que se van a jugar en un espacio creado a fuerza de luces y sombras.  

 

Podría describirse la escena montada en Espacio Urbano como un rectángulo virtual donde la presencia de una mesa humildemente servida, sin mantel,  atrapa la atención por completo ya que es el único elemento que está plenamente iluminado por un par de grandes lámparas colgantes.  Encima, platos, cubiertos y vasos, además de un frasco con agua.  A su alrededor, cuatro o cinco bancos y a la derecha (o la izquierda, dependiendo de donde haya escogido ubicarse cada uno de los concurrentes) está David, dominando la escena, emergiendo desde la oscuridad plena pero sin que su aspecto quede develado del todo.  El público lo ve inclinarse hasta convertirse en un Quasimodo, lo escucha sisear como a una serpiente y tiene toda la certeza de que “algo huele mal” en casa de David, aunque no necesariamente ha de ser la comida. 

 Enseguida uno a uno van llegando los invitados, Lucas, Kevin, "el Peque" y su hermano, convocados por David para compartir una cena que nunca llegará a servirse.  Una y otra vez los “invitados” amenazan con irse, sin saber por qué se encuentran allí, donde fueron arrastrados por la curiosidad, para encontrarse con un pasado lleno de deudas impagas.  Poco a poco van cayendo las caretas y el público accede a conocerlos y saber que en algún momento fueron amigos, quizás se hayan conocido en la escuela secundaria o en el barrio. Luego,  algo terrible los separó y David es el único que fue a “parar a la cárcel”, donde su vida dejó de tener sentido, porque lo perdió todo, el amor, su hijo, la amistad, la cordura…y ahora solo quiere vengarse y que de  alguna manera los otros lo ayuden a recuperar esos años perdidos.  

        

Fotos SHIFT (AT)

Las excelentes actuaciones de los cinco protagonistas logran que la trama inspirada en la canción homónima de La Vela Puerca, cobre vida y sus sentidos se multipliquen, porque el texto - una genial versión de Bruno Gonzalez (también a cargo de la dirección) hace posible conocer quien es quien en este drama atemporal, exacto y minucioso, casi shakesperiano.  Sin cortes de escena,  la iluminación es otro de los protagonistas que logra separar a los personajes de sus alter egos, y mostrárselos a la audiencia, sumidos en la oscuridad.   Y no es que las personalidades que muestran a la luz sean luminosas, por el contrario, pero aún así, la luz  consigue poner de manifiesto vestigios de los muchachos que pudieron haber sido, los que jugaban al fútbol, se hacían bromas pesadas, o soñaban con tener una familia. 

 Haciendo buen uso del grotesco, la pieza tiene logros importantes, en primer lugar consigue atrapar la atención de principio a fin, provocar la risa y así aliviar las tensiones, y al mismo tiempo,  que se llegue a empatizar con esos tipos rudos, que no son marginales pero tampoco acomodados, que se mueven en los límites donde los coloca el texto, con sus amores prohibidos y sus prejuicios contradictorios, donde nadie es malo o bueno del todo, pero sin embargo son el producto de una oportunidad irremediablemente perdida y expresan un destino inexorable.  Y hacia allá van, a cumplir los designios de David acompañados por el son de una guitarra, un cajón peruano y el ovnidrum, una compañía más que acertada, igual que el vino que se sirve antes y durante, una manera de crear atmósferas, celebratorias, pero no pretenciosas, en suma, perfectas para este espacio de Villa Crespo y una manera inmejorable de terminar el domingo. 

 

Ficha técnico artística

Dramaturgia: Bruno González. Con Lucas Aldasoro, Matías Asenjo, Julián Mengido, Mauro Rey, Lucas Sulpizi. Diseño de espacio: Betania Rabino. Diseño de luces: José Ignacio Ponce Aragón. Música: Uriel Arcángel Crosta, Gerónimo Luis González. Fotografía: Daniela Castelo. Asistencia de dirección: Cristian Trigueros. Arreglos musicales: Uriel Arcángel Crosta, Gerónimo Luis González. Producción ejecutiva: SHIFT. Dirección: Bruno González. Teatro: ESPACIO CULTURAL URBANO. Acevedo 460 . Capital Federal - Buenos Aires - Argentina. Reservas: 4854-2257. Web: http://www.espacioculturalurbano.net. Entrada: $ 200,00 / $ 150,00 - Domingo - 21:00 hs - Hasta el 30/07/2017

Por Olivia Avila - Junio 2017