Cuando una relación trasciende de la muerte.

Integrando la temporada del ciclo “Una voz” (volumen 2), esta obra invita a bucear en la relación entre Julieta y su abuela Eye (Esther Crajg) , en un juego de límites borrosos entre la realidad y la ficción.

En una escenografía llena de simbolismos, con caminos inciertos que recorren el escenario, marcados por hormas de zapatos en sugerentes tonos de azul y un bosque que remite al refugio en la huida del campo nazi, Dennis Smith acompaña al proceso teatral y juega con espacios abiertos definidos por la luz y con algún que otro objeto de utilería.

En un logrado monólogo que trata de ser objetivo y a veces hasta impersonal, Francisco Prim -que representa al Director Dennis Smith-adentra a la audiencia en el mundo que Cayetina quiere develar. Las experiencias compartidas con su abuela,una polaca nacida en 1926 en el pueblo de Zakrzówek . Esta, a consecuencia de la segunda guerra mundial, ve morir a sus padres y hermanos,  y cuya decisión de vivir la lleva a superar la reclusión en siete campos de exterminio nazi para terminar encallando en Buenos Aires, donde forma una familia que dio origen a siete nietos, una de los cuales se compromete con su historia y la relata.

A partir de la muerte de su abuela, Julieta Cayetina comienza una investigación para descubrir los números de identificación  que Eye llevaba en su antebrazo y que, ahora  en forma de tatuaje, servirían como un pacto con sus orígenes y una excusa para mantener viva su memoria.Esto es relatado por Julieta con una conmovedora inocencia motivada por el gran amor que las unía.

La idea y entrevistas hechas por Julieta Cayetina y otras realizadas por Virginia Smith y la relación surgida entre Steven Spielberga y Esther Crajg a raíz de un film, cobran fuerza dramaturgia gracias a Dennis Smith,  quien además propone una dirección llena de lugares emotivos en los se presenta a la muerte como un hecho cotidiano y se revaloriza la voluntad de vivir.

Laura Oliva en el rol de Esther Cajg (Eye) emociona con solvencia dramática genuina en su evocación del holocausto, sin la necesidad de llegar a lugares comunes.

Eye y yo,con un relato biográfico en primera persona, rescata magistralmente los orígenes de una familia casi diezmada por la Segunda Guerra Mundial.

SKENE