El show continúa, aún detrás del telón.

Arturo Puig y Jorge Marrale vuelven a unirse en “El Vestidor”, escrita por de Ronald Harwood y dirigidos por Corina Fiorillo. El elenco lo completan Gaby Ferrero, Ana Padilla y Belén Brito. 

Ronald Harwood , de origen sudafricano, se traslada a Londres en 1951. Después de asistir a la Real Academia de Arte Dramático, se une a la Shakespeare Company de Sir Donald Wolfit, uno de los últimos grandes directores de actores-en Gran Bretaña. Entre 1953 y 1958, fue el vestidor personal de Sir Donald. Esta experiencia le sirve para escribir, The Dresser (título original). La pieza es llevada al cine en 1983, producida y dirigida por Peter Yates, protagonizada por Albert Finney y Tom Courtenay en los papeles principales. La obra teatral es uno de los grandes éxitos en 1980 en West End, Broadway y en Argentina se presenta por primera vez en 1997 protagonizada por Federico Luppi y Julio Chávez como el vestidor, dirigida por Miguel Cavia.

La obra transcurre en el camerín del actor principal de una compañía shakespeariana que está en gira en la Inglaterra durante las Segunda Guerra en medio de bombardeos, crisis de salud y decisiones de continuar o no con las funciones. Retrata las relaciones entre los miembros del elenco, y en particular, la que mantienen el consagrado actor inglés con su fiel vestidor, Norman. El texto describe los distintos tipos de amor y miedos universales.

Arturo Puig y Jorge Marrale, dos grandes de teatro y la televisión ,en un texto para lucirse. Un sillón grande, una mesa que hace las veces de tocador -sobre el que hay maquillajes, espejo, peluca-un sillón de un cuerpo, una tabla de planchar, vestuario en un perchero … escenografía, luces y sonidos que reproducen el climax en el que vive el elenco de esta compañía en medio de la guerra que se adaptan perfectamente a la sala Pablo Picasso. Y por supuesto, Shakespeare atraviesa toda la obra en varias dimensiones.

Con todos estos elementos, se pode afirmar que es un clásico.  Pero la decisión de volver a  poner en cartel esta pieza es también muy contemporánea. El voyerismo y exhibicionismo es un signo de la sociedad en siglo XXI que las redes sociales exponen en crudo. La obra trata sobre el teatro que se muestra así mismo, que va un paso más allá de la cuarta pared, en ese detrás de escena, donde las intimidades se ponen a la vista de una manera más poética.

Lic María de Luján Claro