El domingo 22 de mayo 2016 cerró la vigésima quinta edición de ArteBA. La primera  nació en 1991 con el lema “Lograr que el arte argentino tenga una ubicación en el mercado y que los artistas puedan vivir de su trabajo”. 

 

ArteBA primero nació y sigue siendo una feria de arte. En esta edición participaron 400 artistas representados por 85 galerías de 14 países, más de la mitad extranjeras: Alemania, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México, Países Bajos, Portugal y Uruguay.  Comparte con las ferias de la edad media el espíritu  que permitió el paso del feudalismo al capitalismo, el desarrollo de intercambio comercial que se organizaban en los días santos. El mercado es hoy es un actor más dentro del campo artístico tanto a nivel  internacional como local, Cuál es el rol del mercado dentro del mundo del arte está en centro de las discusiones:  ¿Los artistas hoy hacen buen arte o arte que venda bien? ¿Las galerías son comerciales o creen en algo más?¿ Si los coleccionistas son amantes del arte o son simples especuladores? 

El contexto de este  año se diferenció de los años precedentes  por la importante presencia de coleccionistas extranjeros debido a la ausencia del cepo al dólar  en una economía en recesión ¿Especulación? 

En Siete Días en el mundo del Arte,  Logsdail, galerista inglés que participa de Art Basel desde 1972, contó a Sarah Thornton que hay especuladores en el mundo del arte pero éste no podría funcionar sin ellos. El galerista describió a los diferentes compradores. Los especuladores compran por corazonadas, que son como los adictos al juego. También mencionó que hay otros tipos de coleccionistas a los que llamó “barcos pesqueros”, son los que salen con una red para no perderse nada y los que “compran en profundidad” muchas obras del mismo artista. Es conocida la historia de Charles Saatchi con la venta del tiburón de  Damien Hirst. 

El galerista inglés sentenció que “las peores colecciones son desordenadas, inconexas e inconstantes, una colección es más que la suma de sus partes, crea algo único”. Entre éstos últimos podemos ubicar Gustavo Bruzzone, quién, en una de las charlas con Orly Benzacar en el Espacio Dixit,  relató con pasión cómo fue formando su colección de arte argentino de los noventa. Su colección, junto con la Alejandro Ikoniccoff y Esteban Tedesco fue objeto de la exhibición Algunos Artistas, Arte Argentino 1990___Hoy en Fundación Proa en el año 2013.  

Se podría agregar a este catálogo de coleccionistas a los “decoradores” que recorren los stands en busca de algún “objeto” para embellecer sus residencias. Se escuchó a un norteamericano que se interesaba por la obra de Tomás Saraceno porque iba muy bien con los techos altos de su departamento de Manhattan. 

En esta edición hubo 80.000 visitantes. ¿Todos posibles coleccionistas? Indudablemente, no! Entrado el siglo XXI ArteBA se ha convertido en un evento litúrgico para los porteños que se sobrepasó a la idea original de feria de arte. La feria contó además de las Sección Principal,  Special Project de  Patio Bullrich y los proyectos destacados de Cabinet, U-TURN Project Rooms by Mercedes-Benz, Solo Show de Zurich, Photobooth del  CITI, Barrio Joven Chandon y la edición aniversario de Dixit. Se sumó también stands de varios  museos de todo el país.  

La Sección Dixit  - curada por Federico Baeza, Lara Marmor y Sebastián Vidal Mackinson, ganadores de los tres últimos premios ArteBA a jóvenes curadores - , desde su Oasis repasó el arte argentino desde 1990 hasta hoy con más de 50 artistas y 900 metros cuadrados de exhibición. Daba la bienvenida un felpudo con la frase de Federico Peralta Ramos de 1989 que decía “Solamente consigue un oasis aquellos que se bancan el desierto”. Esta frase invitaba a ver que pasó en el arte argentino alrededor del Oasis  de Diego Bianchi. La propuesta curatorial articuló las artes visuales con diversas producciones de la literatura, la poesía, la música, el cine y las artes escénicas. Junto al catálogo de la feria se podía adquirir el libro Oasis, Afinidades conocidas e insospechadas en un recorrido por la producción artística de nuestro tiempo, que incluye texto críticos de los curadores y otros autores sobre la escena artística, la curaduría, el mercado del arte y la historia del arte.

El público visitante recorrió los stands como flanèurs feriales benjaminiano, como suerte de topógrafos que son capaces  de descifrar todas las secciones, como en su casa, principalmente porque al callejear las distintas secciones intuyen, deconstruyen  y vuelve a construir los que sucede, año tras año,  en este condensado de la escena artística contemporánea.

A la vuelta del caos de Dixit, el espacio de U-Turn Project Rooms de Mercedes Benz. La propuesta del curador Jacopo Crivelli Visconti  se centró en un diálogo entre las palabras y las cosas en el ámbito particular del arte contemporáneo. Se notó un acento personal y más minimalista en todas las galerías que rodeaban a un site-specific de Matías Duville. 

Para ir cerrando este recorrido arbitrario o de langosta, diría Eliseo Verón, la sección de la  Isla de Edición. Patrocinada por Fundación Proa, allí las editoriales y sellos independientes ponen todos los años  disposición del público libros, publicaciones, presentaciones de libros. Para destacar casi como una paradoja de una feria de artes visuales sobre las mesas de exhibición de libros resaltaba en un amarillo estridente una edición de la obra  Ciegos de Sophie Calle, que agrupa los testimonios de personas no videntes de nacimiento sobre lo que es para ellos la belleza y de personas que perdieron la vista que describen cuál fue su última imagen.

ArteBA nació en 1991 de la convicción de sus fundadores que creían que el artista debe vivir de su trabajo como artista y no que sólo trabaja “por amor al arte”. Más tarde en el 2003, se definió como Feria de Arte Contemporáneo orientada hacia la producción más reciente y los formatos innovadores. Luego de un cuarto de siglo se puede afirmar que  sobrevivió a los avatares económicos de la reciente historia argentina, creció y se consolidó como faro de lo que está pasando en el campo de arte argentino y latinoamericano.

Por María de Lujan Claro