El stand up invade el teatro Maipo

Un departamento desordenado, tender con ropa para recoger, una repisa en un costado para ser colocada en alguna pared, juguetes por doquier y ocupando uno de los dos poufs del ambiente un peluche del hombre araña. En el otro sillón  el protagonista de la historia. Un hombre de 40 años, en pareja desde hace 11 años, padre de dos hijos y con una excelente noticia: esta solo en casa por tres horas ya que su mujer y sus hijos fueron a visitar a la abuela. Unas horas de paz para hacer lo que mas le gusta, es decir, nada, pero, gracias a la tecnología, le será imposible llevar a cabo su lúdico plan.

Suena en forma incesante una música no tan agradable para sus oídos como lo es el ringtone del whatsapp. Es su mujer quien le recuerda todas las tareas que debe realizar en esa tarde y que le van a consumir todo su tiempo libre. Resignado y con bronca, toma el peluche del súper héroe y le pregunta- y se pregunta -¿en que nos hemos convertido? Arroja al muñeco hacia las patas del escenario pero este regresa siempre hacia el, hasta que el peluche toma figura humana y así comparten ambos esa tarde de quehaceres inconclusos.

Una excusa valida para que Martín Pugliese desarrolle durante 90 minutos su arte: el stand up. Una especie de monologo- que lleva a cabo en la catedral de la revista porteña por donde han pasado los más grandes monologuistas del país-pero sin un tema especifico, regla de un buen show de stand up. La anécdota solo dispara muchos temas nada conectados entre si que el actor desarrolla con la compañía del dibujo-persona que le sirve de alter ego. La vida en pareja, los hijos, la educación, los cambios en las perspectivas de vida propias en comparación con las que espera para sus hijos, el grupo de whatsapp con los papis del colegio y las costumbres que los hombres tienen cuando están solos, sin sus hijos y mujer.

Una de las entradas del arácnido portando en un de sus manos una lata de cerveza y en la otra un cigarrillo de marihuana habilita a Puglise-tanto en su rol de autor como de actor- a entrar en una especie de delirio humorístico donde toda coherencia o relación con el tema de origen queda en el olvido, siendo una de las partes del espectáculo mas festeja por la colmada sala mayor del Maipo, el momento en que se hace la comparación de la música de los años 80 con la actual y en particular el regetton con la cumbia.

Como efecto secundario inevitable de la marihuana, el bajón llega y con el la nostalgia y los sentimientos, momentos tan efectivos como los plenamente humorísticos y que el actor sabe manejar bien.

La joven y entusiasta platea que llena el teatro festeja cada una de las ocurrencias de Pugliese quien agradece al final de la función, en particular por el hecho de haber transcendido su humor y el estilo del stand up de sus orígenes en pequeños lugares desconocidos del circuito alternativo hasta llegar a uno de los teatros mas emblemáticos del humor dentro del ámbito comercial.

Solo en casa es una muestra efectiva de un humor particular, donde la risa y la carcajada proviene más del lado de la identificación de ser anónimo de la platea con lo que se plantea del escenario que del armando dramatúrgico o del hecho meramente teatral. Martín Pugliese sabe que le gusta a sus seguidores y se los brinda de manera directa llegando también a quienes por primera vez disfrutan de esta nuevo mecanismo generador de la risa

Lic Fabián D´Amico

 

 

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