“Ha llegado el tiempo en que va avanzando hacia nosotros algo formidable; se está preparando una fuerte y sana tormenta… que borrará de nuestra sociedad la pereza, la indiferencia, la prevención contra el trabajo y el podrido aburrimiento…”Antón Chejov

En Tres hermanas, Chejov retrata eficazmente la realidad social de su época, pero a su vez anticipa el futuro político y social de la rusia zarista, ya que la obra fue estrenada en 1901 y como es sabido, aunque la revolución bolchevique tuvo lugar recién en 1917, hubo un anticipo en 1905.  Quizás haya sido ese ambiente el que llevó a Chejov a reflexionar acerca de los temas que propone en Tres hermanas: el futuro incierto, el trabajo, la decadencia de la aristocracia y el surgimiento de la burguesía.  También es sabido que el teatro de Chejov no es proclive a poner en escena grandes tragedias ni enjuiciar el carácter moral de sus personajes. Lo que sin dudas es clave en sus obras es la forma en que éstos interpelan a las audiencias de todas las épocas acerca de las consecuencias de sus acciones (o la falta de ellas) cuando los seres humanos se ven imposibilitados de hacerse cargo de sus propias decisiones, de aceptar que sus vidas son el resultado de ellas, y que acaso para no caer en la desesperación optan por la abulia y el conformismo.  

 

Tal es el hilo que une a Olga, Masha e Irina, las tres hermanas que dan título a esta obra y que, junto a su hermano Andrei, forman una familia culta, aristocrática, pero que se consume en una ciudad pueblerina, a 20 km de Moscú.  Para pasar el tiempo, las jóvenes permiten que sus vidas sean invadidas por la presencia permanente de miembros de la milicia apostada en la ciudad.  Así, los oficiales merodean la casa como animales predadores e incluso muestran visible interés en las dos hermanas solteras, mientras que la única que está casada vive atrapada en un matrimonio sin amor.  Así, todas fantasean con irse a Moscú como la solución definitiva para sus vidas insatisfechas. Sin embargo, en lugar de cumplir con su deseo, ven como su hogar es permeado por la personalidad de Natasha, esposa de Andrei, quien poco a poco logra adueñarse de todo, y en quien es fácil vislumbrar el resentimiento de una clase sin voz hasta entonces.  

 

En Tres hermanas, los hombres juegan papeles secundarios, son accesorios e inestables: jugadores, bebedores, agresivos, entran y salen de escena sin demasiadas consecuencias.  En cambio,  son las mujeres las que interpelan al espectador con sus lamentos y deseos, por la forma en que idealizan a un Moscú que saben cercano pero que a su vez se les presenta como imposible.  Al manifestar sus frustraciones y la pérdida de las ilusiones en un futuro mejor que las redima, llevan a escena muchos de los factores que conformaron las vidas de las mujeres a lo largo de la historia: el renunciamiento a estudiar, trabajar e independizarse, al casamiento por conveniencia como única salida del opresivo ambiente familiar, las desventajas que el género les acarreaba y que en muchos casos sigue haciéndolo.

 

En la puesta que presenta el teatro Artefacto se sigue fielmente la esencia de la obra original de Chejov, aunque se advierten ciertas licencias necesarias para la vigencia de la obra en la actualidad.  Uno de los factores que se valoran más es la presencia de un gran elenco en escena cuando son sobradamente conocidas las dificultades económicas por las que transita el rubro.  En ese sentido, es de resaltar que la producción ha tenido en cuenta todos los detalles escenográficos: la criada Afinsa va y viene con el carro de bebidas, acarreando botellón y copas incansablemente; el mobiliario es abundante y apropiado, así como destaca el vestuario de época cuyo lucimiento se debe al trabajo de Alicia Guma, Julieta Iribe y Sandra Ligabue,  para no dejar a nadie del equipo fuera.   Desde lo actoral, si bien cada uno de los personajes cumple con su labor acabadamente, quienes se “llevan los laureles” son las actrices protagónicas, ya que el texto de Chejov así lo quiso.  Juntas logran componer con eficacia los difíciles personajes de una Olga,  frontal y verosímil, Irina, romántica y empática y Masha, la frustrada esposa infiel.  Junto a ellas Natacha, que de tímida nueva integrante de la familia se transforma en quien terminará imponiendo su dominio sobre todos los demás.  Resulta magnífico el esfuerzo teatral que realiza la puesta de Tres Hermanas de Chejov en el teatro El Artefacto.   

 

Ficha técnico artística 

Autor: Anton Chejov. Actores: Lourdes Cerdan, Miguel Angel Atilio Farina, Alejandra Figueras, José María Gómez Samela, Nicolas Gonzalez, Gerardo Herrera, Martín Padín, Maria De Los Angeles Rodriguez, Gala Schneider, Vanesa Spera, Hernando Turlione. Cantantes: Dalila Real. Voz en Off: Dalila Real. Diseño de vestuario: Alicia Guma.  Diseño de luces: Alejandro Schiappacasse. Realización de vestuario: Julieta Iribe, Sandra Ligabue  Música original: Giuliana Di Pietro, Juan Rivero.  Fotografía: Marieta Vazquez . Asesoramiento escenográfico: Victor De Pilla. Dirección: Manuela Serrano    Bruzzo. 

 

Teatro del Artefacto. Sarandí 760 C.A.B.A. http://teatrodelartefacto.com.ar Entradas: $250,00 a $100:00. Viernes 21:00 hs. Hasta el 21/12/2018

 

Por Lic. Olivia Avila

Septiembre de 2018

 

 

 

 

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