Cuando nos preguntamos si dentro del medio teatral hay héroes, en este momento uno de los que puede llegar a encabezar la lista es Nicolás Pérez Costa, quien abre en pleno barrio de Almagro (Av. Scalabrini Ortiz326 ) una sala dándole el nombre de  Centro de Experimentación Teatral "Alicia Zanca" en homenaje a su gran maestra

El Domingo 28 de octubre se estrena LA GAVIOTA clásico escrito en 1896, de Antón Chejov, una de las obras más importantes del siglo XX, por la temática y la dramaturgia.

Es una pieza teatral que rompe con el paradigma clásico, hay intriga, los personajes no son perfectos (Trelev, acepta sus errores), hay historias paralelas (el médico con la Ama de llaves y el protagonista con Nina). Y le sumamos la metateatralidad recurso del teatro dentro del teatro (escena en el parque de la obra de Trelev).

Pérez Costa se juega logrando una muy acertada adaptación al lenguaje actual, le da su impronta con una puesta ágil y dirigida a un público de todas las edades.

 Los personajes principales son: la madre Tiki Lovera, con una gran maestría nos da una mujer egocéntrica en el apogeo de su carrera de actriz, dentro del escenario que ella maneja perfectamente. Nicolás Perez Costa conmueve con su interpretación Trelev, un muchacho confundido que busca su propio camino dentro de la literatura, con una historia de amor llena de desencuentros. En el rol protagónico de Nina la debutante Talía Acosta, con un desempeño muy bueno, trasmitir las dudas y los sueños del primer amor. A ellos los circunda un elenco formando un grupo heterogéneo, quienes realizan actuaciones llenas de matices. 

En cuanto a lo netamente técnico, El Centro de Experimentación Alicia Zanca es una sala no convencional, con un escenario que puede ir articulándose de acuerdo a las necesidades de la puesta. En La Gaviota, el director toma esto como una herramienta que incorpora al espectador dentro de la puesta y hace que este sienta el desarrollo de la misma en cada una de sus escenas. La platea semi circular, con varias entradas permite que los actores actúen en medio del público, y deja que el centro del escenario lo ocupe un grupo de sillas ocultas bajo un voile, que componen distintas ambientaciones a lo largo de la obra.

El vestuario en color blanco remite a principio de siglo, con el romanticismo, con una esmerada realización y junto a la música en vivo de un cello, que lleva a adentrarse en la obra.

La gaviota es una producción muy cuidada que emplea distintas texturas en la concreción del discurso, siempre respetando el perfil del personaje.

La Gaviota es una puesta que para los que conocen la obra no van a decepcionarse y los que no lo hicieron los trasladara al mundo de Anton Chejov, un autor que retrata los vínculos humanos de su época y que siguen vigentes. 

M.B.C.

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