Sobre una idea colectiva de Laura Oliva, Gimena Canton, Melina Gonzalez y Sebastian Pajoni.

“Las mujeres de Superman”, o como imaginar desde el punto de vista del espectador a las protagonistas de ésta obra.

Refiriendo a la memoria emotiva, el recuerdo de Superman viene del comic, luego de la serie de TV en blanco y negro, las versiones de los films del Superhéroe, uno de los más famosos de la historia del Cómic.

Podríamos pensar, remitiendonos a la historieta y al conocimiento que de él tenemos, que las mujeres de Superman, son, tremendas hacedoras, super mujeres que desafían los obstáculos que la vida les impone. Recordemos a Luisa Lane, La Mujer Maravilla y hasta el personaje de la madre, solo por nombrar algunas.

Tomando el título como eje, y como partido elegido para relatar la historia, pensemos en tres mujeres, cuyas vidas se cruzan y generan redes, sin tener mucho en común la una con la otra.

Tres tipologías de mujer diferentes, tres que de haberse cruzado en la calle, club, o cualquier otro lado, no se hubieran ni saludado, y que sin embargo llegan a tener una relación de gran intimidad, secretos y dependencia.

La obra se zambulle en una historia verosímil, con un relato cargado de sarcasmo, y de humor negro, donde estas mujeres, se encuentran en una Sala de Espera de Terapia Intensiva, y esperan, se conocen y transitan por todo tipo de situaciones.

La primera es la sorpresa de tener a su esposo allí, luego de un accidente aéreo, del que eran pilotos, que los deja en un estado de salud diferente…y desconocido.

Enfrentar la no comunicación de las autoridades pertinentes, el No saber. 

Y finalmente la conjunción de tres personalidades, que reaccionan y se relacionan como pueden, ante la noticia.

Hasta allí la presentación de personajes y primer capítulo de la historia.

Sebastián Pajoni, desde su doble rol de autor y director, construye una propuesta cargada de humor, desde lo más terrible.

Logra un texto inteligente, cargado de humor negro, con una dinámica que atrapa, divierte, y mantiene expectante. 

Desde la puesta en escena, mezcla de comedia de enredos, el uso del doble, con el recurso del alter ego de cada una en particular en relación a las otras dos, acierta con situaciones que van mostrando las personalidades de estas mujeres disímiles.

Detona el conflicto de manera más que explosiva, en una escalada de tres pasos excelentes.  

Hace gala de gran inteligencia, despliegue de humor en toda su amplitud; describe situaciones trágicas con una mirada que se inspira en el gag. Recuerda a los grandes maestros, con el adicional de un pensamiento de gran despliegue de sarcasmo…

Imposible no recordar a Groucho, Tati, desde el uso del Gag para hacer una crítica de la sociedad, cada uno desde distintos puntos, pero todos con un elemento común, el guiño al espectador para no parar de reír de semejante tragedia.

Apelar a la risa, según Henri Bergson, es apelar a la inteligencia, despojarse de la emoción, es ésta una de las razones por las cuales en la vida, se relatan las cosas más terribles apelando a lo que llamamos humor, que en el intercambio entre personas provoca la risa. Aquí la complicidad con el espectador.

Esta obra toma temas como la traición, el engaño, el maltrato, la impotencia, el desamor, en una clave que hace gala a Bergson. Se aparta de toda emoción, para relatar inteligentemente todas estas desgracias que viven tres mujeres. 

Interpretada por Ana Julia Bonetto, Silvia De Luca, Melina Gonzalez.

El espacio escénico planteado por Magalí Acha, sostiene y acompaña el partido estético tomado por Pajoni.

Una obra que suena cómica en el primer sabor,  explota en el último con la comprensión real de las reacciones humanas ante el maltrato.

Adriana Rial

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